El miedo a contagiarse es totalmente lógico y normal, aunque a veces no podemos controlarlo y supone un problema en nuestro día a día. Este miedo viene acompañado casi siempre de estos pensamientos: Tengo miedo a contagiarme, tengo miedo a contagiar a alguien, tengo miedo a que mi pareja, mis padres, mis hijos se contagien, tengo miedo a estar muy enferm@, tengo miedo a la muerte.

El miedo es parte de la respuesta defensiva de los animales ante una amenaza: maximiza la supervivencia del individuo y, por tanto, tiene una importante ventaja adaptativa. Una estructura clave en estos circuitos es la amígdala, un grupo de núcleos localizado en la cara interna del lóbulo temporal de nuestro cerebro y denominada así por su forma ovalada (amígdala viene de la palabra griega que significa “almendra”).

La incertidumbre es el gran amigo del miedo

La incertidumbre que nos rodea frente al Covid-19, ejerce un gran peso psicológico y nos está haciendo más temerosos y desconfiados (también más solidarios). No hay duda de que la amenaza del Coronavirus ha activado nuestra amígdala. Sin embargo, nuestro comportamiento defensivo no ha evolucionado para responder a este tipo de amenazas. Estamos preparados para responder a predadores, fundamentalmente huyendo a refugiarnos o (si no hay más remedio) peleando, pero no para responder a virus.

Para protegernos de amenazas como la del coronavirus, la selección natural nos ha dotado de un buen sistema inmune, y no de comportamiento defensivo. Así que, aun siendo lo más normal del mundo tener miedo, nuestra amígdala no nos ayuda demasiado en esta situación.

Y es que ya no somos los mismos, esta pandemia global ha acabado con la sensación de seguridad con la que vivíamos, ahora sustituida por el miedo, la fragilidad y la incertidumbre.

Pero, dadas las circunstancias, que no podemos cambiar, debemos centrarnos en lo que SI podemos hacer para sobrellevarlo y apaciguar el miedo a contagiarse.

No es «malo» o de «cobardes tener miedo, así que para estos tiempos difíciles y que van a perdurar, necesitamos una buena dosis de salud mental:

• Lo último que debemos hacer es reprimir nuestros sentimientos.
• Aprender a enfrentar la incertidumbre, y reducir el hábito de buscar siempre una certeza, (no todo tiene respuesta)
• La ansiedad aumenta cuando tratamos de alejarla, lo que resistes, persiste.
• La base de todos los miedos es el miedo a la muerte, intentemos descubrir el motivo de nuestra existencia y sueños para darle sentido
• Todos somos muy resilientes, somos mucho más fuertes de lo que pensamos.
• Cuídate, duerme, haz ejercicio, aprende técnicas de relajación…
• Si lo necesitas, busca ayuda de un profesional.

Medidas higiénicas, muy importantes

Junto a todo lo descrito anteriormente, tenemos que ser conscientes que si las medidas higiénicas no son suficientes o están mal aplicadas, el riesgo de contagio va a ser mayor. Aunque todos conocemos las que son, las vamos a recordar, toma nota y tu estrés y miedo a contagiarse serán menores.

• El NUMBER ONE: lavado de manos frecuente con gel hidroalcohólico o jabón de manos (si lo combinamos, perfecto) es mucho más eficaz que el uso de guantes.
• Uso obligatorio de mascarilla, medida que va a durar mucho tiempo, así que ten una buena remesa de ellas.
• Una buena limpieza y desinfección de nuestra casa una vez a la semana, será una buena acción, también nos ayudará a que estemos más tranquilos frente al contagio.
• No te olvides de la vajilla, en el lavavajillas con agua muy caliente quedará perfectamente limpia y desinfectada.
• Prestar atención a la ropa, usa un buen detergente y agua caliente (la temperatura que usamos normalmente será suficiente)

Todas estas medidas harán que tu estrés y miedo al contagio y a contagiar disminuyan, así serás capáz de controlar la ansiedad y el estrés, hemos de convivir con el Covid-19, debemos tenerle respeto pero intentar hacer nuestra vida lo más «normal» posible.

Os dejamos unos ejercicios de relajación para incluirlos en tu rutina, poco a poco irás viendo que son efectivos y estarás mucho más tranquil@. ¡ÁNIMO!